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Dr. Eduardo L. Holmberg

(1852 - 1937)
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Nombre

Dr. Eduardo L. Holmberg

Período

1923 – 1927

Especialidad

Ciencias naturales

Presidente: Dr. Eduardo L. Holmberg (1852 - 1937)

Eduardo L. Holmberg fue elegido Miembro Titular de la Academia de la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas, el 12 de julio de 1890.

Permaneció vinculado a la misma y a sus sucesoras, la Academia de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y la Academia Nacional del mismo nombre, hasta su fallecimiento el 4 de noviembre de 1937.

Cuando Holmberg ingresó a la Academia, esta era el Cuerpo Directivo de la Facultad, por lo tanto le tocó vivir la transformación de la misma en cuerpo asesor, cuando en 1906 se modificaron los estatutos de la Universidad. Fue elegido Presidente el 21 de noviembre de 1922, sucediendo al Ing. Santiago Brian. Cuando ocupaba dicho cargo se produjo la total desvinculación de las Academias y la Universidad, al aprobarse el nuevo Estatuto de 1923. La existencia de la Academia no tuvo desde ese momento ninguna base jurídica, hasta que el decreto Alvear-Sagarna de 1925 le dio la autonomía y el derecho de obtener su personería jurídica. En su única memoria como Presidente de la Academia, Holmberg relata la obra que la misma realizó durante todo el período en que actuara en el cargo, 1923-1926.

Holmberg señala que la Academia gestionó que se extendieran a todas estas Instituciones, la autonomía que un proyecto de Ley, presentado por el Senador Torino, acordaba a la Academia de Medicina. Con el mismo objetivo se realizaron gestiones ante el Presidente de la Nación, Dr. Marcelo T. de Alvear y el Ministro de Justicia e Instrucción Pública, Dr. Antonio Sagarna. Además son de mucho interés las iniciativas que tuvo la Academia para fomentar el desarrollo de la Ciencia y la Tecnología en beneficio del país.

Se continuaron las sesiones científicas que realizaba la Academia, y en una de ellas se lo recibió a Alberto Einstein, quien efectúo su viaje a Buenos Aires en esa época. Se designaron e incorporaron nuevos Académicos que presentaron sus correspondientes trabajos al ingresar.

La sesión del 22 de junio de 1925, cuando se incorporaron los Académicos Titulares, Enrique Herrero Ducloux, M. Doello Jurado, C. C. Dassen y Ramón G. Loyarte, tuvo especial significado por la presencia del Presidente de la República y de los Ministros Antonio Sagarna y Angel Gallardo, este último Académico de número. En esa oportunidad el Ministro Sagarna pronunció un discurso donde analizó la obra y el desarrollo de la Academias, que fue seguido de otro muy breve del Dr. Holmberg, donde destacó el trabajo que realizaba la Institución.

Holmberg terminó su mandato el 11 de junio de 1927, siendo sucedido en la presidencia por Angel Gallardo. En la misma sesión se lo designó Presidente Honorario de la Academia, única persona que ha ocupado hasta ahora ese cargo "en atención a sus méritos científicos e intelectuales". El diploma le fue entregado en el acto celebrando sus 75 años.

Eduardo Ladislao Holmberg nació en Buenos Aires el 27 de junio de 1852, hijo de Wenceslao Holmberg y de Laura Correa Morales y nieto del primer Holmberg llegado a la Argentina en 1812, que había actuado en la guerra de la Independencia. Después de una larga y austera vida, durante la cual tuvo una influencia grande en muchos aspectos de la vida cultural argentina, Eduardo Ladislao Holmberg falleció en su ciudad natal el 4 de noviembre de 1937. Fue uno de los representantes más característicos de un grupo de argentinos, a quienes la época en que vivieron los condujo tal vez les exigió, si que lo notaran a poseer conocimientos amplios, evitando la especialización.

Poseía una cultura general muy grande, con amplio conocimiento de varios idiomas y actuaba en medios donde mantenía relaciones con los hombres de ciencia y los hombres de letras. Tenía capacidad de escribir sin esfuerzo en buen castellano y podía dedicar muchas horas del día a un trabajo que le interesara, cualquiera que fuera.

Se explica que haya dejado una obra científica y literaria, esta última muchas veces publicada en revistas y diarios. A veces unía los dos aspectos y describía, la naturaleza sin esfuerzo, empleando el lenguaje de un literario.

Razón ha tenido su hijo Luis, dar como titulo al libro que con motivo de cumplirse el centenario de su nacimiento, ha dedicado a su padre "Holmberg. El último enciclopedista".

Cursó sus estudios primarios en escuelas privadas y se inscribió luego en los cursos preparatorios de la Universidad, terminados los cuales a la Facultad de Medicina. Presentó su tesis doctoral en 1989 sobre "El Fosfeno". Tenía entonces 28 años, pero no había perdido su tiempo.

Actúo poco como médico y mucho como naturalista y fue uno de los primeros ejemplos de egresados de esa casa de estudios, que realizaron investigaciones importantes en el campo de las ciencias biológicas básicas.

Holmberg fue profesor desde muy joven. Tenía 23 años cuando fue nombrado Profesor de Historia Natural de la Escuela Normal de Profesores. Dos años después enseña Física y Química y obtiene que se cree un Laboratorio al cual lleva material para trabajar con sus alumnos. Como profesor y conferencista tenía la capacidad de organizar sus clases y sus conferencias de tal manera que la atención de sus oyentes no decayera. Perteneció al grupo de profesores que enseñaron con su palabra y con ejemplos que hacían vivir la realidad a sus alumnos. El mismo ha explicado cómo procedía para interesar al auditorio, despertando su imaginación, utilizando información útil y agradable, haciendo algún comentario jocoso de vez en cuando y conectando lo que decía a los alumnos con la realidad de la naturaleza que los mismos podían palpar.

Cuando en 1890 Carlos Berg se ausentó por un tiempo de la Facultad de Ciencias Físico- Matemáticas, Holmberg fue invitado a ocupar la cátedra de botánica que no tenía profesor. Era un curso de sistemática que se dictaba a farmacéuticos y agrimensores. Cuando Berg fallece en 1902, Holmberg ocupó definitivamente la misma que no dejó hasta su jubilación en 1915.

En el nivel superior de la enseñanza aplicó los mismos métodos que había experimentado en el nivel secundario. Ponía en contacto a sus alumnos con la naturaleza argentina que conocía muy bien. En 1872 antes de doctorarse de médico, su interés por las ciencias naturales y el país, lo había impulsado a recorrerlo. Sus viajes se inician con una excursión a la Patagonia, a la cual se suceden otras que le permitieron tener un panorama muy amplio no sólo de nuestra flora y fauna, sino también de sus aspectos geológicos y del paisaje que su naturaleza presentaba.

Desde sus años de estudiante hasta las primeras décadas de este siglo, Holmberg, que evidentemente tenía una gran capacidad de trabajo, desarrolló una actividad extraordinaria y notablemente variada.

Enseñó, publicó trabajos científicos y de divulgación de la ciencia, creó revistas, tomó partido en las discusiones filosóficas del momento, buscando siempre con su acción favorecer lo que era importante para el progreso del país y beneficio de todos.

En alguna oportunidad su labor choca con otras ideas, como cuando después de ser 12 años el primer director del Jardín Zoológico, es exonerado por disidencias con un superior.

Holmberg es además un divulgador de las ciencias, por medio de sus conferencias y de sus escritos en los periódicos. Fue muchas veces elegido por la Sociedad Científica Argentina para pronunciarlas. En esa época se llevaban a cabo en teatros (Politeama, Nacional, etc.) y no era raro que se hicieran presentes en las mismas miembros del Poder Ejecutivo.

La más famosa fue la que dio en el Teatro Nacional, organizadora por el Círculo Médico Argentino, el 19 de abril de 1882, poco después de la muerte de Carlos R. Darwin. No había cumplido los 30 años. Precedido por Domingo Faustino Sarmiento, quien se ocupó del mismo tema, habló delante de un auditorio de tres mil personas y lo hizo durante tres horas. Holmberg estaba preparado para asimilar rápidamente las ideas que Darwin había expuesto en 1859 en la primera edición de su libro "El Origen de las Especies"; las dio a conocer en sus clases y divulgado en escritos. La conferencia fue publicada posteriormente en forma de libro, y su lectura resulta de interés, porque muestra claramente la posición de joven profesor en las polémicas científicas que la misma había desatado.

Las publicaciones de Holmberg son muy numerosas. Las de carácter científico se refieren principalmente a temas de botánica y zoología, predominando los últimos. Sus trabajos sobre arañas son los más numerosos y su primera publicación científica (1874) forma parte de los mismos. Los estudios botánicos han sido analizados por Burkart en una conferencia que posteriormente fue publicada.

Holmberg dio a conocer todos sus trabajos en revistas argentinas. Contribuyó a la fundación de algunas como El Naturista Argentino (1878) que publicó con su gran amigo Enrique Lynch Arribálzaga, quien fuera miembro correspondiente de la Academia, la Revista del Jardín Zoológico (1893) que creó cuando era Director del mismo y junto con varios colegas los Apuntes de Historia Natural. No tuvieron una vida muy larga pero sirvieron como para estimular la publicación futura de revistas argentinas algunas de las cuales todavía subsisten. Aparte de las mencionadas, sus trabajos se encuentran principalmente en las publicaciones de la Academia de Ciencias de Córdoba, en los Anales del Museo de Buenos Aires y en los Anales de la Sociedad Científica Argentina. Dejó además mucho material inédito.

Paralelamente produjo su obra literaria que publicaba en periódicos y revistas. Incluso, cuando lo consideraba interesante, efectuaba traducciones de obras que consideraba que merecían difusión.

Por este motivo, el impacto de su personalidad trascendió más allá de los círculos científicos. Conocía y se trataba con muchos literatos y divulgó el conocimiento y el significado e importancia de la ciencia entre el gran público.

A medida que pasaba el tiempo, Holmberg recibió pruebas de reconocimiento por la múltiple labor que había efectuado. Dos de ellas tuvieron carácter público. La primera, cuando se retiró de la docencia Universitaria. Se celebró el 28 de setiembre de 1915, en un gran salón del Buenos Aires de entonces, llamado Príncipe Jorge. Fue organizado por la Sociedad Científica Argentina y al mismo adhirieron numerosas instituciones. Los principales discursos estuvieron a cargo del Ing. Nicolás Besio Moreno, Presidente de la Sociedad organizadora, de Leopoldo Lugones, quien tenía un prestigio intelectual que no se discutía y de su discípulo Cristobal Hicken. Holmberg contestó con un discurso que tuvo más de una hora de duración, lleno de anécdotas, y que mantuvo la atención constante de la concurrencia.

Un año después al concurrir al Congreso de Ciencias Naturales celebrado en Tucumán, recibió la bienvenida de sus colegas y allí hizo la siempre recordada declaración sobre la satisfacción que sentía, "de ser el primer argentino que ha enseñado Historia Natural y el primero también que dentro de sus clases se ha valido de ejemplos argentinos."

Cuando el 26 de junio de 1927 cumplió sus 75 años, recibió la segunda recompensa pública. Al cual se asoció el gobierno, la Universidad, las Academias y numerosas instituciones científicas.

Presidida por el Ing. Eduardo Huergo, Decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales donde Holmberg había enseñado, la Comisión organizadora del acto concurrió a su casa con sus colegas y sus amigos. Allí le fue entregada una medalla de oro y un pergamino cuyas firmas estaban encabezadas por el Presidente de la Nación, Dr. Marcelo T. de Alvear; se encontraban presentes el Dr. Angel Gallardo, Presidente de la Academia y Ministro de Relaciones Exteriores y Culto quien le hizo entrega del diploma de Presidente Honorario de la misma; el Dr. Antonio Sagarna, el Rector de la Universidad de Buenos Aires, Dr. Ricardo Rojas, Ministro de Instrucción Publica, el Profesor Doello Jurado, quien anuncio que había sido declarado benemérito del Museo de Ciencias Naturales; el Prof. Pablo Pizzurno de destacada actividad como educacionista, su discípulo de siempre, el Dr. Cristóbal Hicken, etc. En esa oportunidad varias Academias y Sociedades científicas lo designaron Miembro Honorario y el entonces Concejo Deliberante de la Capital Federal, creo el Premio que lleva su nombre y que otorga la Academia.

Estos homenajes, constituyen la mejor prueba que el nombre de Eduardo Ladislao Holmberg, ha de ser siempre recordado en la Argentina, no sólo por su acción creadora en los estudios de Historia Natural, sino también por la rectitud de su carácter, por su conducta pública y por su amor a la tierra donde naciera, todo lo cual formó la fuerza que determino su incansable quehacer.

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