La doctora Paula Casati estudia los efectos de la radiación ultravioleta sobre las plantas, línea de investigación que la llevó a transformarse en un referente de la ciencia en su país. Al igual que su madre, encontró en la ciencia una forma de vida.
Nacida en 1971, en Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina, casada, con una hija de nombre Lara, Paula cuenta que sus padres, ambos bioquímicos, resultaron vitales a la hora de elegir su estilo de vida. Su madre, por ejemplo, que eligió seguir una carrera científica para dedicarse de lleno a la investigación, fue quien la inspiró profundamente sobre el amino a seguir. “Desde chica recuerdo visitar su laboratorio lleno de ratas –ella trabajaba en la Cátedra de Fisiología, primero, y luego en la de Farmacología–. Además, me acuerdo de muchos fines de semana que pasábamos con el mayor de mis hermanos y mi papá en cines, parques y teatros, ya que mi mamá se encerraba en nuestra casa a escribir su tesis de doctorado, que en ese entonces se escribía a máquina. Por suerte, mi mamá recibía mucha ayuda de mi papá y de su mamá –mi abuela Lula–, así que nos dejaba todo listo en la mañana (almuerzo, cosas para la escuela y otras actividades, etcétera) y recién la volvíamos a ver en la tarde cuando volvía del laboratorio”.
Paula no sabe si fue por ver a su madre siempre tan ocupada,  pero  desde  niña  siempre  sospechó  que  iba  a  dedicarse  a  otras  actividades profesionales,  como  abogada  o profesora de Educación Física, hasta que en tercer año de secundaria tuvo una profesora de Biología que la introdujo al mundo de los genes, la herencia y los principios básicos de la Biología Molecular. 
Esto hizo que cambiara totalmente de opinión y se decidiera a estudiar la licenciatura en Biotecnología en la misma facultad donde estudiaron sus padres. 
“Una  vez  en  la  universidad, creo  que  nunca  dudé  que  lo que   realmente   me   gustaba era la investigación, y me parece que los años de ver a mi
mamá y su esfuerzo en el trabajo  hicieron  su  efecto,  pues  ella  siempre  fue  mi  modelo a  seguir,  y  aunque  lamentablemente  nunca  se  lo  dije  de
manera directa, estoy segura que  siempre  lo  supo”,  dice  la  doctora Casati.
Con  respecto  a  la  experiencia que ha tenido como mujer dentro del ámbito de la investigación  científica,  opina  que como su primera inspiración en  la  ciencia  fue  su  mamá, quien  estuvo  siempre  en  un medio   lleno   de   hombres   y  pudo  salir  adelante,  tener  su  grupo  independiente  de  investigación, ser jefa de una cátedra docente y decana de su facultad, siempre supo  que  con  esfuerzo  todo  es  posible.  Su  directora  de  posdoctorado  también es una mujer muy exitosa en el campo de la ciencia y la investigación.
Reconoce que hoy día, en pleno siglo XXI, aún existe algún tipo de obstáculo para la mujer que decide dedicar su vida a la ciencia. “Como todos sabemos, todavía muchos de los altos cargos siguen ocupados principalmente por hombres”. Sin embargo, recomienda a las jóvenes interesadas en desarrollar una carrera científica que se esfuercen en ello. “Creo que tratar de ser una científica exitosa y a la vez tener una familia es difícil, pero se puede cumplir si se tienen ganas”.